La vesícula biliar es una pequeña bolsa o saco en forma de pera, que cumple la función de reservorio de bilis, sustancia que elabora el hígado para favorecer la digestión de los alimentos, principalmente las grasas, ubicada en la parte superior derecha del abdomen.
Las piedras o cálculos biliares se forman a partir del colesterol, sales biliares y productos de desecho, sustancias que al desequilibrarse forman pequeñas piedras, o formaciones duras que con frecuencia son
asintomáticas o sea que no causan síntomas, por ello en muchos casos no son detectadas.
Sin embargo, en un pequeño número de casos estas piedras se movilizan a través de los conductos biliares pudiendo quedar atrapadas en el mismo, generando irritación y posteriormente inflamación de la vesícula biliar, así como también transitar hasta alojarse en otras partes del cuerpo.
Cuando se llega a esta situación que es grave, pueden presentarse una variedad de síntomas, tales como:
-un dolor repentino e intenso en el abdomen, que puede llegar a doblar literalmente a la persona
-ictericia o coloración amarillenta de la piel, así como también de la parte blanca de los ojos
Esta sintomatología es el indicador puntual de la necesidad de una intervención medica para eliminar los cálculos y para ello existen varias opciones o formas no quirúrgicas, destinadas a romper o disolver las formaciones biliares.
Pero en el caso de un gran tamaño de cálculos o una cantidad importante la opción más recomendada para la mayoría de las personas, es quitar la vesícula biliar.
Al llegar a esta situación hay dos formas principales para la eliminación de una vesícula biliar o colecistectomía, y son;
-Colecistectomía Laparoscópica; que es el tipo más común de operación destinada a extirpar la vesícula y consiste en utilizar una pequeña cámara e instrumentos quirúrgicos que se inserta a través de pequeños cortes o incisiones en el abdomen.
y la colecistectomía abierta: procedimiento en el cual la vesícula biliar se retira a través de una incisión grande en el abdomen, técnica que también recibe el nombre de cirugía abierta, una operación más invasiva, que requiere de una estancia mayor en un hospital y un mayor tiempo de recuperación comparada con el procedimiento laparoscópico.
Ambas técnicas se llevan a cabo habitualmente bajo una anestesia general, por lo tanto la persona permanecerá dormida durante todo el procedimiento y no sentirá dolor. La operación dura entre 60 y 90 minutos normalmente y el paciente se puede ir a casa el mismo día de no mediar complicaciones, llegando a la recuperación completa alrededor de los10 días después de la intervención.
También existe otro tratamiento por ondas de choque conocido como "LITOTRICIA", utilizado especialmente en personas que no pueden someterse a cirugía, sin embargo este tratamiento no se utiliza tan a menudo debido a que los cálculos biliares a menudo son recurrentes o sea que reaparecen.
